jueves, 23 de agosto de 2007

La nota prometida

Si, definitivo… ésta es tu puerta, se parece a ti. Un tanto indomable y temerariamente entreabierta. Es aquí donde dejo el resumen de una distancia de diez cigarros y de una tremenda lucha contra el insomnio sincero.

Desde estas letras hablo contigo. ¿Sabes que me gusta hablar contigo? Es como desanudar un atado de sugerentes improvisaciones… unas tan ocurrentes como imaginarte cantando con tal bravura a Sandro… otras como querer ser el asfalto que bordea tus pasos, así pasaríamos más tiempo contando mil cosas. Conversando contigo aprendí a redescubrir a Sabina, tanto que, “Nos sobran los motivos” me favorece la distancia.

Y ya que me despida de tu puerta… ¡Cómo me gustaría tirar piedritas a tu ventana!... Más no sé cuál es tu balcón, pero si te asomas un poco hacia dentro, cuando quieras tener-me tiempo y me regales un segundo para imaginar-me, advertirás que permanezco atenta...

Mientras tanto prefiero vagabundear las horas en el recuerdo de tus palabras, deslizándome con la rapidez de un caracol y doblándome las uñas hacia atrás para buscarte entre mi carne.

Ya lo sé, exagero, ¿pero qué quieres?... me he descubierto pensándote.
Aquí te dejo tus diez cigarros...
l l l l l l l l l l
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1 comentario:

libelulosa dijo...

Mi vida quedó suspendida en una situación parecida a esta hace dos años... las historias se repiten...ojalá hubiera ya una solución mágica para ellas..pero no, a mí me dicen que el tiempo, pero yo lo he visto pasar día a día y nada...
Gracias por pasar a mi blog, y por supuesto vendré al tuyo...